jueves, 18 de octubre de 2012

Complicaciones en el camino hacia la Unión bancaria

Las dificultades que está encontrando la primera fase de este proyecto, un sistema único de supervisión (SSM) en torno al BCE (participación de los países UE que no pertenecen a la EZ, coordinación entre BCE, EBA y Bancos centrales nacionales, perímetro de actuación, separación de responsabilidades entre la política monetaria y las funciones de supervisión), no son más que un preludio de las que tiene por delante este proyecto cuando aborde sus pasos siguientes: la constitución de un Fondo de Garantía de Depósitos europeo y un Marco de resolución de crisis bancarias a nivel federal. Estos pasos, imprescindibles para la culminación de una auténtica Unión bancaria, supondrían total o parcialmente la mutualización de las deudas bancarias, inaceptable para Alemania, donde ya se han escuchado voces en contra (H.W.Sinn), y la cesión de soberanía nacional en un punto muy delicado, los sistemas bancarios, algo más fácil de decir que de llevar a cabo.

En cualquier caso, la UB, además de constituir una condición necesaria para iniciar el proceso de recapitalización directa de la banca desde los mecanismos de estabilización EFSF/ESM, es un proyecto necesario para romper el vínculo entre el riesgo soberano y el riesgo bancario, y ofrece respuestas a dos de las características más importantes de la crisis actual: la renacionalización de los flujos de capital (balcanización de los mercados financieros) y las fugas de capitales de los países del Sur hacia los países del Norte europeo. Un proyecto importante, necesario, imprescindible, pero complicado de implementar por las dificultades previstas en el camino.

La unión bancaria podría requerir una vía más sólida que la de los acuerdos gubernamentales y las cooperaciones reforzadas. Podría ser necesario modificar los tratados de la Unión (Financial Times 18.10.12) para articular la incorporación de países europeos que no pertenecen a la Eurozona (Reino Unido, Suecia,...)