sábado, 14 de julio de 2012

Retrato de una Europa fatigada, casi exhausta

25 cumbres después, Europa sigue buscando desesperadamente una salida a la crisis. Aunque la publicación posterior de la condicionalidad (MoU) para el rescate del Sistema Financiero Español aclara algunos puntos, la falta de concreción de otros impide una valoración cabal de los resultados de la última Cumbre de 28-29 de Junio, Los comunicados de la Cumbre (Conclusiones del Consejo Europeo) son un monumento a la ambigüedad y permiten diversas lecturas (a broad spectrum of interpretation. Weidmann, Gobernador del Bundesbank).


A falta de conocer los detalles donde se esconde el diablo, solo es posible valorar la orientación general de la Cumbre de Junio. Aunque la sentencia de los mercados, elevando sustancialmente la prima de riesgo de los bonos españoles e italianos, podría resultar definitiva. esta cumbre propone un nuevo camino, el de la Unión Bancaria como elemento esencial del futuro de Europa. Sin ser una propuesta completamente nueva, los acuerdos alcanzados por la constitución de un supervisor único europeo con participación del BCE y la recapitalización directa de las entidades financieras por el EFSF-ESM constituyen pasos destacados hacia la misma. Dentro del escepticismo que envuelve los resultados de los Consejos europeos (WyploszOne more summit: The crisis rolls on | vox), algunos de los economistas internacionales más acreditapdos han presentado una valoración global positiva de sus resultados, positiva pero insuficiente.( Martin WolfA step at last in the right direction) porque presentan debilidades. 


Una primera es que el ESM resulta insuficiente a todas luces para proceder a la recapitalizión bancaria y a la compra masiva de bonos españoles e italianos. Para De Grawe (Why the EU summit decisions may destabilise government bond markets) el ESM, y cualquier instrumento limitado, es insuficiente y los mercados lo saben. Solo el BCE, con potencia ilimitada, podría estabilizar los mercados de deuda actuando como prestamista de última instancia (LLR). 


La segunda es que la Unión Bancaria europea (UB) podría aportar un camino de solución rompiendo el círculo diabólico entre los riesgos financieros y soberanos . Para Daniel Gros (A Banking Union Baby Step) una Unión bancaria fuerte haría innecesaria la emisión de Eurobonos. Pero, en cualquier caso, la materialización de este proyecto no será rápida ni fácil. Al contrario, tendría que superar importantísimas dificultades para salir adelante, al menos en su versión más auténtica. 



Cuando Europa habla de Unión Bancaria, hace referencia a 4 elementos clave:

- Sistema de supervisión único a nivel federal
- Regulación única europea para todo el espacio financiero
- Sistema de seguro de garantía de depósitos único
- Marco de resolución de crisis bancarias; regulación, Autoridad y fondo

Ahora bien, el proyecto de UB será largo, porque requerirá cambios en los Tratados europeos y legislaciones nacionales, y encontrará graves dificultades en su desarrollo, no solo técnicas, como puede ser la institucionalización de un nuevo supervisor europeo en torno al BCE, sino, sobre todo, políticas. Si el diseño del rescate de las entidades financieas españolas (Memorandum del Acuerdo, MoU) es la primera prueba de fuego de un largo camino hacia la Unión bancaria y está lleno de incógnitas, su desarrollo final supondría romper la responsabilidad nacional de los sistemas bancarios: las cajas habrían sido españolas en vida y europeas en la muerte. Un cambio sustancial desde la perspectiva europea porque supone el primer paso hacia la mutualización de deudas.


La polémica suscitada entre grupos de economistas alemanes y europeos en torno a la UB (EU banking union disunites German economistsmuestra los problemas de fondo: la constitución de un Fondo de Garantía de Depósitos europeo y el establecimiento de un marco único para resolver-liquidar entidades financieras en dificultades, supone o puede suponer la mutualización de las deudas bancarias nacionales, lo cual resulta incompatible con las posiciones mayoritarias dominantes entre las instituciones y ciudadanía alemanas. Si la opinión pública germana se muestra abiertamente en contra de los Eurobonos, tampoco será fácil que compartan responsabilidades sobre deudas bancarias de los países del Sur, que son mucho mayores que las Deudas públicas nacionales. Los economistas encabezados por Hans Werner Sinn (IFO), las advertencias del Bundesbank en torno a los límites del Sistema Target2 y las sentencias del Tribunal Constitucional alemán, estableciendo límites a las cesiones de soberanía, no solo expresan las posiciones institucionales más rigoristas sino que reflejan un estado de ánimo generalizado entre la población alemana y norteuropea, en general.

En realidad, la polémica de los economistas alemanes es el retrato de una Europa doblemente fatigada: la fatiga de los rescates en los países del Norte no es más que el reverso de la moneda de la fatiga periférica ante los programas de austeridad. Se enfrentan así dos concepciones contrapuestas que estan llegando a la hora definitiva, lastradas, además, por la falta de legitimidad democrática de las instituciones nacidas en la gestión de la crisis.

La salida no puede ser más complicada. La gestión política de la crisis ha ido creando este choque de trenes: estrategias contrarias respaldadas por instituciones y opiniones públicas democráticas compitiendo en un campo institucional en el que los europeos no creen porque la refundación europea no ha alcanzado la legitimidad suficiente para liderar una salida a la crisis. (BUITER: Euro Summit Results Will Not Be Not Enough To Prevent Eurozone Breakup)


Todo ello en medio de una segunda recesión. En este contexto no es posible la victoria de una tesis sobre la otra. Solo cabe una solución cooperativa: que Alemania permita un reequilibrio interno en la EZ admitiendo una mayor inflación en los países del norte y cierta mutualización de las deudas; mientras los PIIGS aceptan la austeridad a cambio de soberanía nacional. Este es un camino largo de enormes costes políticos y sociales, que requiere, además de voluntad, tiempo para ser desarrollado. A corto plazo, no hay otra solución que no pase pòr un papel más activo del BCE, asumiendo su papel de prestamista de último recurso y añadiendo a su misión de mantener el control de los precios el objetivo de alcanzar la estabilidad financiera. 


Quien ganó la cumbre? Merkel? Hollande? Monti-Rajoy?.....Mientras no se materialicen algunas de estas soluciones cooperativas, la vencedora sigue siendo la crisis, Europa sigue en peligro de muerte. .

12.07.12