jueves, 13 de octubre de 2011

Un nuevo fracaso de la supervisión y regulación

La necesidad de recapitalizar por segunda vez el sistema financiero europeo revela fallos graves de regulación y supervisión. Después de invertir un 5% del PIB en inyecciones directas de apoyo y un 27% del PIB mundial en garantías ofrecidas al sistema financiero, no es fácilmente aceptable una segunda recapitalización. Habría que recordar las palabras de Trichet: 'los ciudadanos no aceptarían una segunda recapitalización del sistema financiero' (Trichet, Mayo 2011)
El sector ha mejorado su capitalización, pero otras iniciativas europeas, como los stress tests, han provocado más dudas que seguridades en la fortaleza de las entidades financieras. Si antes fueron los activos tóxicos asociados a las hipotecas subprime, ahora son las carteras de Deuda Soberana las que provocan incredulidad sobre las necesidades de capital. La recapitalización por decreto que se pretende ahora presenta algunos inconvenientes: no garantiza la superación de la crisis de la Deuda, encarece la captación de capital, ya de por sí averso a la inversión en bancos, supone tratar por igual a entidades diferentes, algo inherente a cualquier salida por ley, y resulta inconsistente con la regulación del capital económico, incluido en los acuerdos de Basilea.

Una alternativa transparente
Las normas actuales valoran la deuda pública como un activo sin riesgo. Pero, como ilustra el ejemplo de Grecia y otras deudas periféricas, hace tiempo que este paradigma histórico ha dejado de ser cierto: sus títulos incorporan riesgo, y el mercado hace tiempo que lo ha reconocido en sus valoraciones.  ¿Por qué no adaptar la ley a la realidad y reconocer un riesgo a los títulos públicos, obviamente distinto en función del pais? Si los bonos de deuda pública tuvieran una ponderación de riesgo, acorde con su situación y perspectivas, las inversiones de las entidades financieras en esos títulos públicos consumirían capital en función de su riesgo y permitirían algo que no permite la capitalización por ley: la discriminación entre comportamientos prudentes de los que no lo son. Cada entidad necesitaría recapitalizarse justamente en la medida en que su cartera de inversión estuviera materializada en esos títulos. Además, esta alternativa añade transparencia a un proceso opaco. Transparencia y discriminación, una solución que está al alcance de la voluntad política de reconocer la realidad de los mercados incorporando el riesgo a la inversión en títulos de deuda pública.
Al final, las entidades financieras van a necesitar recapitalizarse por decreto y por la puerta de atrás por haber invertido en unos activos que la regulación los había calificado como 'activos sin riesgo'.
ICO 17-10-11
Coda: ¿Quien va a aceptar una segunda recapitalización de las cajas después del saqueo que estamos viendo en las entidades intervenidas?