viernes, 9 de noviembre de 2012

CREDIT CRUNCH: the english way out

Los efectos del cambio en la Política Monetaria europea no han llegado todavía a la economía real. El aumento de la base monetaria no se ha traducido en un aumento paralelo del crédito, confirmando la paradoja de la sequía de crédito en el medio de una inundación de liquidez.

En efecto, a pesar de las inyecciones LTRO, el crédito sigue sin fluir: por el lado de la oferta, los estándares bancarios para la concesión de préstamos siguen endureciéndose, especialmente para las empresas, tal como lo pone de manifiesto la última encuesta sobre Prestamos bancarios (BCE, Octubre 2012). La restricción crediticia afecta en mayor medida a las PYMES, que, en la encuesta acceso a la financiación de las PYMES (BCE, noviembre 2012), sitúan la financiación como su segundo mayor problema, tras la caída de la demanda.

Pero no todas las causas proceden de la Oferta bancaria, restringida por la regulación, las condiciones de financiación y la incertidumbre económica general. Los estudios del BCE detectan un significativo deterioro de la demanda de crédito para empresas y, en menor medida, de particulares para el acceso a la vivienda. La consecuencia lógica de esta disminución de la oferta y demanda es la paralización del flujo del Crédito al Sector Privado, que, sigue cayendo  (-0.8% en tasa interanual en Setiembre a nivel de la Eurozona)  Resolver la restricción crediticia es una condición necesaria para la recuperación económica porque sin crédito bancario (las tres cuartas partes del total de la financiación empresarial se canalizan a través del mismo), el conjunto de la economía europea no podrá recobrar el pulso.

Sin embargo, recuperar el flujo crediticio en pleno proceso de desapalancamiento, cuando las expectativas económicas son bajistas, la demanda agregada está cayendo alarmantemente y las entidades financieras, sus principales proveedores, encuentran presiones regulatorias adicionales, no será fácil. El saneamiento del sistema financiero y la reducción de la incertidumbre general son condiciones sine qua non para superar la situación.

Por estas razones, para evitar la excesiva dependencia del crédito bancario, se están multiplicando las iniciativas para crear y lanzar otros mercados alternativos al bancario de financiación para empresas: mercados de capitales, bolsas, las diversas variedades de capital-riesgo, financiación al consumo o iniciativas innovadoras como el crowdsourcing. Incluso existen algunos intentos de resucitar la banca pública (1) Por otro lado, para evitar un desapalancamiento generalizado y desordenado que añada más depresión a la recesión, resultan destacables los intentos que están teniendo lugar en el Reino Unido para desatascar el crédito bancario a partir de cambios en la regulación financiera, particularmente dos:


  1. El programa del Banco de Inglaterra, The Funding for lending Scheme, (BoE, Julio 2012),  que propone financiar a los bancos en condiciones de precio y plazo mucho más ventajosas que el mercado con la condición de que esta financiación se materialice en créditos a empresas y particulares. El esquema propuesto contiene incentivos tanto a la expansión crediticia como a una menor restricción, siempre velando porque el riesgo crediticio permanezca en el balance de los bancos acogidos al programa.
  2. Por otro lado, la FSA (autoridad de supervisión británica) ha relajado sus requisitos de capital y liquidez para las entidades financieras que concedan préstamos a empresas y particulares. El requerimiento generalizado de cubrir un mínimo del 10% en el Core Capital se ha convertido en un objetivo individualizado para cada entidad de alcanzar una cifra nominal de capital (numerador) con el objetivo de que el desapalancamiento no provoque una recesión generalizada a partir de la restricción crediticia (denominador). Andrew Bailey (FSA): El futuro de la regulación bancaria en UK) 
No cabe esperar un cambio drástico de la situación pero sí hay que destacar la vinculación entre regulación financiera y actividad económica y el tratamiento individualizado de las entidades financieras frente a las autoridades regulatorias. Las ideas de fondo son las aprovechar los colchones de capital requeridos por Basilea III para conjurar el riesgo sistémico, es decir, garantizar la estabilidad financiera global del sistema en la confianza que esta estabilidad general interactúa con la solvencia de las entidades financieras al aumentar la actividad económica y, consecuentemente, sus fuentes de beneficios.

En la economía española, la restricción crediticia es mayor porque a la incertidumbre general y a las expectativas negativas sobre la actividad económica se unen dos efectos particulares: el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis del sistema financiero. Ambos procesos tienen un punto de convergencia en la creación del 'banco malo', cuyo diseño supone una oportunidad para avanzar en el saneamiento de los balances bancarios y desatascar el mercado inmobiliario. Pero su éxito no está garantizado. De hecho, el diseño conocido del Sareb supone introducir expectativas deflacionistas adicionales en el mercado de la vivienda (2), cuyo efecto está por ver, porque las expectativas de precios a la baja suponen un paso más en la espiral bajista que vincula a la solvencia de los balances bancarios con el valor de los activos inmobiliarios.  A corto plazo, no cabe esperar un cambio significativo ni en los mercados inmobiliarios ni en el flujo de crédito.

Coda: ¿Cuánto tardarían en caer unos bancos bien capitalizados en medio de una economía en ruinas?


9.11.12

(1) FMI: El Plan Chicago revisado
(2)  Paloma Taltavull, Universidad de Alicante, Octubre 2012
El- Erian: La otra crisis financiera
Bernanke (2007): Acelerador financiero y canal de crédito
Andrew Bailey (FSA): Regulación bancos ingleses: requisitos de capital

Presentación gráfica