Una Pyme portuguesa (o española, o italiana) se puede financiar, si encuentra crédito disponible, a tipos superiores al 6%, mientras que los países centrales mantienen un coste para los créditos de bajo importe menores que el 4%.

Los países del Sur están sufriendo una intensa salida de capitales, como pone de manifiesto el Informe del FMI (En España, 326 MMM€ en el último año). Aunque todavía no se observa en España, la fuga de capitales se ha extendido a los depósitos bancarios en Grecia, con caídas superiores al 30% en un año.
En el caso de España, la fuga de capitales viene matizada por el hecho de que el sistema financiero ha sustituido sus fuentes de financiación externa (cámaras de compensación) por financiación BCE y utilización de las líneas especiales de liquidez (LTRO) para financiar las adquisiciones de carteras de Deuda Pública (operaciones carry trade). Pero, con los datos en la mano, no se puede afirmar que los depósitos bancarios hayan huido del Sistema financiero español. Bien es cierto que, internamente, se está produciendo una redistribución de las cuotas de mercado afectando singularmente a las entidades intervenidas.
Todos estos datos apuntan a una gran fragmentación de los mercados financieros (‘balcanización') y a un paso atrás en la integración financiera europea. Aún en el caso de una salida paulatina de la crisis de la Deuda, la segmentación de los mercados tardará tiempo en resolverse y la integración de los mercados será difícil de recomponer porque depende de la credibilidad y de la confianza, algo que cuesta tiempo y esfuerzo ganar pero que resulta extremadamente fácil de perder.
16.10.12